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sábado, 28 de marzo de 2015

Espárrago blanco de Navarra




El cultivo del espárrago ha sido fundamental en el desarrollo económico de los pueblos de la ribera. Desde los años cincuenta, en mi pueblo y en otros de la zona, se recolectaban espárragos que abastecían a un importante número de pequeñas conserveras, las cuales fueron apareciendo ante la cada vez mayor demanda y consumo de este producto. Casi todos los miembros de una familia participaban, unos recogiéndolos en el campo y otros trabajando en las conserveras. Eran tres o cuatro meses de mucho trabajo y muy duro…,  y todos los días, incluidos domingos y festivos; o bien en jornadas muy largas en la fábrica, pero merecía la pena ya que la compensación recibida suponía un soporte importante en la economía familiar. Se movía dinero que llegaba a todos los niveles sociales.

Mis abuelos fueron agricultores y durante muchos años han recolectado espárragos y me contaron cómo era ese trabajo. Había que madrugar mucho, ya que el espárrago hay que recogerlo antes de que salga el sol, para evitar que cambien a un tono más verdoso o morado.  Utilizaban una azada y un cuchillo especial llamado “corquete”, y una vez localizado el espárrago en el “caballón “de tierra, había que escarbar con los dedos hasta llegar a la longitud deseada y cortarlo, para dejarlo en la cesta, que una vez llena, se pasaban con mucho cuidado a cajas que a su vez se cubrían de sacos mojados para que guardasen la frescura. Luego había que tapar el agujero que se había hecho, dejando la tierra alisada para facilitar la próxima recogida. Este proceso se repetía una y otra vez hasta recorrer toda la finca. A veces, se recorrían varias fincas, en función de su tamaño, y la jornada podía llegar hasta las 2 de la tarde. Nadie cogía por la tarde, el calor y el sol lo desaconsejaban.
En la actualidad el tema ha cambiado bastante, por un lado las hectáreas cultivadas han disminuido muchísimo, el número de agricultores ha descendido y las importaciones masivas de producto de otros países (Perú y China) copan el mercado, y la demanda de producto nacional, a mayor precio, también ha descendido; por otro lado la recolección también ha cambiado, se utilizan unos plásticos para tapar la tierra de los “caballones” y así  aumentar y conservar mejor la temperatura, ya no se utiliza la azada y el cuchillo para cortar el espárrago es distinto y se llama “gubia”, y ya no hace falta alisar la tierra removida.

Para proteger y defender este producto ante la competencia de otros países y para destacar sus características y cualidades se hizo necesaria la creación de una Denominación de Origen que ampare al espárrago. Esto se ha conseguido con la Indicación Geográfica Protegida “Espárrago de Navarra” que en la actualidad incluye  municipios productores de Navarra, Aragón y la Rioja.

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