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domingo, 5 de abril de 2015

Espárrago de Navarra III (controles de calidad)

El espárrago de Navarra, como el resto de productos de denominación, está controlado. Todos los procesos de cultivo, recepción, elaboración, envasado y certificación del producto final son supervisados por el Consejo Regulador que es el organismo de certificación encargado de garantizar que el producto acogido cumple los requisitos exigidos por su Reglamento, y que tiene implantado un sistema de calidad conforme a la norma Europea UNE-EN 45011.

Se hacen tres tipos de inspecciones: de campo (para garantizar el origen del producto); de industrias (para asegurar que el sistema de elaboración de la conserva se corresponde con las especificaciones descritas en el reglamento); y de comercialización (para garantizar que la manipulación del producto se hace correctamente).

Para el control de calidad del producto terminado se hacen dos tipos de análisis: el físico-químico (que controla que la conserva cumple con las normas de calidad de las conservas vegetales y que responde a las características propias del Espárrago de Navarra); y el  sensorial  (analizándose parámetros sobre el conjunto del envase y del propio producto, calificando color, textura y sabor).

El Espárrago de Navarra es un producto muy saludable, escaso en calorías y rico en vitaminas, especialmente en vitamina E, que es uno de los antioxidantes naturales que podemos encontrar en los alimentos, y que juega un papel fundamental en el desarrollo y mantenimiento del sistema nervioso. Además el espárrago tiene un efecto diurético ayudando en casos de retención de líquidos o hipertensión  asociada al sobrepeso. Su aporte en fibra es muy importante.


El espárrago de Navarra se envasa en lata o en tarro de cristal y dentro de estos, en diferentes capacidades. A la hora de comprar debemos fijarnos en el tipo de envase y en el tamaño, además de la calidad, la longitud y el grosor. Dependiendo de lo que elijamos, el precio será diferente. 

Este es un ejemplo de los diferentes calibres o grosores de los espárragos.
El etiquetado de los productos alimentarios debe facilitar al consumidor una serie de datos  que faciliten el conocimiento de lo que va a comprar y así saber si se adecua a sus preferencias. La etiqueta debe ser clara, comprensible, de presencia obligatoria y debe decir la verdad sin inducir a error o equivocación. Aspectos como la calidad (extra, primera o segunda),pesos netos y escurridos, los ingredientes, el número de frutos, calibre y fecha de consumo preferente no pueden faltar. La etiqueta del espárrago debe incluir una serie de puntos específicos como la identificación de la empresa, el origen o procedencia del producto, y sobre todo el logotipo de la I.G.P. y la contraetiqueta numerada que proporciona el consejo regulador que certifican si es producto amparado o no.  

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